JAIME ALEKOS
C O R T O S     -     A P U N T E S     -     A C E R C A   D E


Recientes ::: Entradas ::: Categorías


La agencia #2 - Incendio ::: Deontología ::: 2023-09-07

"En plena entrevista a veces se ve sonreír al entrevistador. Es que ha oído el titular."
Miguel Ángel Bastenier


En el verano de 2022 cubrí el segundo incendio de Zamora con una corresponsal de texto. Es normal que los departamentos de vídeo y texto se coordinen en las coberturas para que el contenido de las piezas en los dos formatos, especialmente las entrevistas, sean coherentes entre si, porque la agencia las ofrece juntas a sus clientes. El trabajo del fotógrafo también va en el pack de la noticia, pero editorialmente tiene más libertad.

La recojo en la calle Ponzano porque no tiene coche, y yo si estuviera en su lugar tampoco lo tendría; AFP no se lo exige, paga los taxis de los desplazamientos y si hay que salir de Madrid tienen la opción de poner de chófer a un freelance que sí está obligado a tenerlo si quiere competir con los demás autónomos del mercado. Este trabajo me lo han dado porque la otra freelance no tiene el carnet. Yo tengo un Corolla de 2002, vivo en Vallecas y lo que más me llama la atención son los distritos en los que la agencia paga el piso a los que tienen contrato de expat. Ahora es Chamberí, la última vez dejé a un redactor en el barrio de Salamanca al volver de un viaje parecido y el jefe de vídeo está en un ático con terraza en Ópera y vistas al Palacio Real.

La corresponsal no tiene contactos así que mientras conduzco a Zamora hago llamadas a mis amigos de la zona para saber en qué zonas del campo se puede trabajar y por dónde entrar. Al llegar nos encontramos con nuestro fotógrafo, también freelance, que acaba de venir desde Galicia con su furgoneta. Esa tarde estará a punto de arder en el incendio mientras hace fotos y al día siguiente se le romperá el motor.

El fotógrafo y yo dejamos atrás la carretera para acercarnos a tomar imágenes de las llamas y los bomberos trabajando en la extinción. Detrás, la corresponsal empieza con las entrevistas a los vecinos. Vuelvo con ella para grabar dos y mientras hago más recursos oigo de fondo cómo sigue preguntando. Algunos vecinos dicen que los servicios de emergencia han llegado tarde y parece que quiere enfocar su pieza por ahí. También pregunta a los entrevistados si creen que el cambio climático ha tenido que ver. Nos movemos a una zona cercana para grabar mejores planos de los bomberos y después vamos a IFEZA a entrevistar a los evacuados. Según dos afectados, el incendio no se podía haber evitado porque había mucho viento; otros dos dicen que sí porque los bomberos han llegado tarde y la zona estaba sucia. Sobre el cambio climático como causa las respuestas son siempre negativas y el único vecino que lo desarrolla dice lo mismo que la Consejería de Medio ambiente: todo indica que ha sido provocado. Al volver en coche camino del hotel, hace una última entrevista por el manos libres a una apicultora y su cara se ilumina cuando, después de ponerle las palabas en la boca, la entrevistada contesta que "el cambio climático ha llegado para quedarse".

Los prejuicios son conocimientos más la habilidad para reconocer patrones y los míos dicen que va a culpar del incendio al cambio climático. Intento no pensar demasiado en ello cuando me quedo solo en la habitación del hotel editando mi pieza, pero cuando al día siguiente leo el reportaje, ha hecho exactamente lo que intuía: cita los testimonios que denuncian la tardanza de los bomberos, omite que la versión oficial de Medio Ambiente dice que el incendio es provocado y cierra la pieza en alto con el entrecomillado de la apicultora sobre el cambio climático.

Desde 2012 he visto abandonar a muchos periodistas jóvenes al poco de empezar y también a veteranos. Los que tenían la urgencia de meter dinero en casa no pudieron elegir y fueron los primeros en caer. Muchos aguantaron porque tenían la suerte de que sus padres podían ayudarles económicamente o porque tenían dos trabajos. Pero con el paso de los años, los salarios han caído tanto que prácticamente cualquiera capaz de aplicar su capacidad a una industria que le proporcione un salario superior al de un repartidor de Glovo se ha marchado. Los únicos salarios de verdad son los de algunos veteranos a punto de jubilarse a los que saldría demasiado caro despedir y los de un puñado de privilegiados que no se lo merecen. El luto por la vocación es algo muy jodido y cuando en 2022 veo a un corresponsal con piso en Ponzano inventarse una noticia me acuerdo inevitablemente de todos los que ya no están.