JAIME ALEKOS
C O R T O S     -     A P U N T E S     -     A C E R C A   D E


Recientes ::: Entradas ::: Categorías


Confianza ::: Producción ::: 2023-08-11

Hace poco le oí decir a un director que guardar en secreto el proyecto que tienes en desarrollo es de mediocres. Su argumento es que si tienes el suficiente carácter a la hora de escribir, tu guión será diferenciable y único, y no debes temer al plagio ni a coincidir en el tiempo con películas similares.

La experiencia me dice que, en documental y según qué mercados, la práctica puede ser diferente a la teoría y una venta se puede perder porque una historia parecida llegue antes. En 2017 estuve a punto de publicar El sueño europeo: Serbia en The Guardian; los editores lo querían, pero un despacho lo echó atrás porque habían comprado un cortometraje similar recientemente. El sueño europeo era una investigación sobre las torturas de la policía húngara a los inmigrantes en su frontera con Serbia y Frozen Out, publicado tres meses antes, cuenta la historia de dos refugiados afganos que trabajaron como traductores para el ejército de E.E.U.U. y malvivían en Serbia, al rechazar el Gobierno americano su solicitud de asilo.

Pero aún así, hay algo que para mí tiene más importancia. Trabajar con secretismo lleva inevitablemente a la tensión -hay que vigilar las palabras- y la sospecha -¿sabe ya algo y me quiere sacar información?-. Y esto afecta negativamente al estado mental y las relaciones personales y profesionales. Ser abierto, por el contrario, provoca relajación y amabilidad de manera natural y abre mejores caminos. Incluso aunque pierdas la venta, las relaciones hechas en el camino serán más honestas, robustas y fructíferas en el largo plazo.